domingo, junio 6

Ahora entiendo...

Ha sido un fin de semana extrañamente... calmado. El viernes me quedé viendo Amelie, con su frase de: "Sin ti, las emociones de serían solamente las sombras del ayer" -Hipólito
Y el sábado me pude levantar para ir a la clase de filos que hacía ya sus fines de semana que me la zorreaba, o no me podía levantar, o andaba todavía de parranda. Total que resultó que una señora del Opus Dei me encargaba que cuidara a su hija adolescente mientras ella hablaba cosas de adultos, terminamos suplicando por tazas de café a las meseras del Sanbors...
Y por la tarde, persiguiendo memorias, recalamos al Recreo, y tomando unas frescas Ambar's, le erraba jugando billar. Y de ahí a la Juárez, donde hacía muchísimo no me paraba, y menos en sábado. Descubrí que hay muchos hombres que les gusta agarrarse sus genitales en público. Y que la Cucharacha está muerta los sábados. También fue la primera vez que entro a un Taibol. Y quedé impresionada. Sobretodo por lo que me había platicado mi hermano, con quien andaba, de ese lugar. Me llegó a comentar que servían las Coronas más deliciosas y que mujeres embarazadas bailaban con el tubo. El resultado fue, al final, que las coronas fueron bastante buenas y nunca hicieron su aparición las embarazadas. Solamente chicas de piernas largas y cara perdida en dudosas melenas, que se colgaban del tubo en el centro del escenario, como si fueran de esas figuritas que vienen en las cajas musicales. Vueltas y vueltas. Impresionante. De verdad. Ahora entiendo un poco más de las experiencias relatadas por mi tía literata/taibolera en su borrador de novela. Era un lugar bastante extraño, donde la cerveza parecía embriagar algo más que los presumidos sentidos. Y salí sin habla.
Después llegamos al Borunda a rematar la jornada recuenta fantasmas (donde me encontré a una de las chicas panistas que se levantó y me dijo: tú eres la que nos dijo de la ultraderecha, verdad?? ) que bailan al ritmo de la música del Yankees y de Calamaro en el Recreo.

Ta tá

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