martes, enero 31

Al de frías palabras

Estando tan cerca no logro percibirte. Te conviertes en una extraña extensión de mis dedos que palpita cuando no te presto la suficiente atención.

¿Cómo definir en unos cuantos renglones lo que intento sentir por ti? Veo cómo mi piel se eriza poco a poco con cierta fuerza eléctrica que me gustaría sacarte de entre los dientes y tragármela todita mientras juego al Sudoku sin cansarme.

Hoy me dijiste que tenías novia. Que abandonabas tu famosa soltería por un par de piernas doradas largas que no me cayeron muy bien (por obvias razones) y a la vez, no tengo nada que reclamarte. Sólo el hecho de que en sueños te imagino tumbado en la mitad de mi cama, cubriéndome con tu calor, calentándome con tu aliento. Bendito paracetamol que me hace decir tantas cursilerías! Incluso hoy, antes de venir ciega a trabajar y a enfrentarme con tus frías palabras, sentí vacío el lado de la cama que no ocupas. Que bueno que ya me voy a comprar mi cama individual para no extrañarte!

¿Qué más me queda que desearte lo mejor? Casi todas las largas piernas doradas merecen una correteada.
Casi.

Besos.

No hay comentarios.: