sábado, febrero 23

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Llevo toda la semana pensando en comprarme unas cuantas Francziskaner y una cajetilla de cigarros para dedicarme a ver cómo los árboles del otro lado de mi ventana se estremecen y aullan cuando el viento los envuelve, los abusa y excita. Y yo aquí, escuchando música que habla de cómo te perdí, cómo extraño tu cuerpo al despertar. ¿Dónde estás, dónde vas? Dice Zoe. Me sonrío y le doy un trago a la cerveza fresca. Hoy, armada de bufanda, sudadera, gorro y demás fui al mercado a comprar azúcar para las galletas que se me ocurrió hacer a las 2 pm. Y cervezas. Varias. Prendo un cigarro y me alegra que Magda ande explorando otras camas, y espero que el olor a tabaco quemado desaparezca para cuando regrese.
Las galletas salen un poco deformes pero son mi gran orgullo. Mr. V pregunta que si qué sigue en mi lista de cosas que jamás había hecho en mi casa (ni se me hubiera ocurrido). Y entorno los ojos, me encojo de hombros y murmuro un no sé. Creo que ya estoy algo acostumbrada al tranquilo ritmo de vida de los daneses, al menos fuera de la capital, donde no alcanzan las manifestaciones por la libertad de expresión de los daneses.
En fin. Llevo dos días en reposo, extrañando el sushi que comía en mi casa, a mis amigos y las cervezas del Pockets. También las alitas del Kentucky y las crudas que me daban después de tres margaritas.
Ay que hormonas estas que me tienen tan sentimental.
Besos, seguimos reportando desde este mes que todavía no se acaba y ya me tiene un poco fastidiada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pasando de metichongis :)

mArXelLa dijo...

he llegado aquí inesperadamente, he leído algunas cosas que has escrito y sin quererlo has dado una respuesta. Es impresionante como se conoce a alguien sin conocerla realmente.
saludos