sábado, mayo 1

El celular volador

Llegue corriendo al restaurante. Mi madre me despachó con cuatro comidas para llevarlas a un punto cercano a mi casa, pero bastante lejos del punto de partida. Entre la bolsa, las llaves, el celular de mi madre y las comidas, abri el auto, subi las comidas, subi la bolsa, me eche las llaves al pantalón y olvide el celular sobre el techo del auto. SOBRE. Me arranqué y di vuelta en la glorieta del Rotario cuando zaaaz que se me viene a la mente el que no traigo el celular. Ni en el pantalón, ni en la bolsa, ni en el carro. En ningún lado. De inmediato di la vuelta en U y llegue de vuelta al restaurante, con los platos de unisel sudando. Y yo que me jalaba los pelos, muy al estilo Homero Simpson, cuando rastreaba la calle en busca del mentado celular. Mentalmente hacía cuentas de cuánto habían incrementado mis deudas en estas semanas, del dichoso viaje que me quiero aventar a Chiwas en tres semanas y demás. Todo se vino abajo junto con mis ánimos, pero el estress al 100%. Era el cuarto celular que pierdo! toda neurotica me volví a subir al carro y me arranque a dejar las comidas. Luego llegue a mi casa a marcarle al celular a ver si ya lo habían encontrado.
"¿Bueno?" me contestó un desconocido.
"Este... ehh... es... este es mi celular" le dije sin saber que decir
"Me lo acabo de encontrar por donde era la Electri Q" dijo quizás más asustado que yo.
"Si, es que lo dejé arriba del techo del carro y me arranqué sin acordarme... volo" lo escuché reirse. "Oiga, ¿Me lo puede regresar?" pregunté, conociendo la experiencia de mi hermano cuando perdió su celular y le contestaron que ni madre que se lo regresaban.
"Claro que si, estoy aca, por Dental Care, sobre La av. de las americas" suspire aliviada. Mi papá no tendría que enterarse y me podría ahorrar la pendejeada.
"Ande, muchisimas gracias, ahorita voy por él"
Pero... ¿Saben cuantos dentistas se encuentran por la avenida de las américas? UN CHINGO! es impresionante que la cantidad de dentistas por kilómetro que se han instalado ahí, pero agarrada del directorio, marqué al dicho consultorio, después de haber dado vueltas en la hora pico, y ya me dieron la referencia para llegar. Total que cuando por fin di con el consultorio, me encontre en un loby de un antiguo hotel donde tres recepcionistas con sonrisa de plástico, luciendo, obviamente, una dentadura perfecta, me entregaron el maltrecho celular sin decir nada más. Atiné a decir "gracias gracias" como japonesa y llegué respirando más tranquila al restaurante.
Días como estos me hacen pensar que existen karmas que me van a volver loca o dejarme calva. Quien sabe. A final de cuentas, se resuelve la situación y me encuentro en medio de un remolino de mierda. Voy a hacer unos "buzitos" un rato.
Salut!

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