sábado, septiembre 11



Rezagos de una noche de jazz y versos...

Y lo único que no puedo perdonar es que se haya acabado la cerveza antes de que me convirtiera yo en calabaza!!! Pero me imagino que los dueños de los lugares no esperan nunca taaanta afición a las verbenas por el estilo -todavía me acuerdo de hace año y medio en el aniversario de Las Brisas-. Pero es que, señores y señoras, la poesía sin alcohol es como... cantar sin música. Ja.
Ver varias caras conocidas, y otras no tanto. Ecos de la noche me hicieron regresar a círculos de los que me he ido aislando. De todos los círculos, menos de los que se forman debajo de mis ojos después de una noche inconclusa.

Y empieza el deja vu: Hace un año, estaba tirada en los campos del Mall escuchando a la Orquesta Sinfónica Nacional entonar las notas de Good Morning acompañada de un coro magnífico.

Quien diría que el tiempo corre tan rápido, pero prefiero rememorar a Santana: con sus versos de yo no inventé el tiempo

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