miércoles, septiembre 8

Sin título

Escucho mis pasos zumbar sobre el cemento. Las chanclas rozan el zacate. Y pretendo entender que siento mi desplazamiento. Las distancias parecen inalcanzables mientras el sol acaricia mis pestañas.

Mi paranoia ha llegado a límites insospechados. Le doy dos vueltas al carro antes de subirme y duro un rato checando no dejar nada demasiado llamativo -a pesar de que la enorme hielera en el asiento trasera sugiera cervezas, sólo está llena de calzones y paninos-. Pero ahí voy, en el proceso de recuperación. Ya ni bolsa cargo, aunque se me olviden los cuadernos en todos lados. He ido a dar de baja -temporalmente- mi número celular. El que llevaba ya como tres años con él. Hmmm.... en fin.

Termino de zurcar los renglones de la historia que parece no tener final. Necesito ayuda para terminar relatos eroticos. De verdad. ¿Voluntarios? Podemos despues organizar alguna orgía digo, lectura púbica, otra vez, pública.

Tatá

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