Christine, el carro loco
Hoy me vi ya en un ataud rosa con interiores rojos. (Ja!). Es más, todavía traigo la temblorina de la adrenalina. ¿Y todo porqué? Por que a mi carro se le salió un tornillo -o varios, que se yo- y casi nos da en la torre a los dos.
Iba rumbo a la escuela y dos semáforos antes de llegar le aceleré para alcanzar a pasar bien. Y no puedo frenar!!! Meto el freno pero el velocímetro no disminuye. Iba a razón de 50 kms por hora en un área de entrada y salida de maquiladoras!!!! Les juro que es de esas escenas de película de terror donde no tienes la más mínima idea de lo que está pasando. Y en medio del caos, me logré arrimar a la banqueta, prendí intermitentes, metí el freno de mano y entonces puse parking. Y el carro aceleradísimo. Locote!. En mi neurosis lo apagué y me bajé asustada. Sin un cinco en la bolsa, sin ficha en el teléfono, en plena entrada de maquilas. Y en medio de la nada.
Y entonces me volví a subir al carro, lo eché a andar y de nuevo, acelerado a 6000, 7000 revoluciones por minuto. Y yo creyendo que mi carro me había desconocido y realmente se había tornado en el carro psico Christine. Pero entonces, oh! entonces, me di cuenta de que el acelerador estaba 'muy bajo' y darle una, dos pisadas y fue cuando el carro volvió a su relativa tranquilidad. El exorcismo había funcionado!!!! ( Y sin necesidad de bajarme a darle de taconazos a la batería, como dice mi abuelo que hacemos las mujeres. Que es lo único que sabemos hacerle al carro).
Todavía temblorosa, me arranqué a 20 kms/hr, no fuera a ser que me volviera a desconocer el condenado palomo y terminaramos estampados contra los guardias de la escuela. Hmmmm... creo que voy a empezar a usar bicicleta, ja, por que con estos cambios hormonales, olvídense.
Saludos, de una que estuvo en el más allá en su increible paranoia
Ta tá
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