domingo, septiembre 10

Hola, que rico verte...

Ja. Sigo con la música tamborilleante en mis labios, en los dedos que no se quedan quietos. Escucho, hablo, me dedico a observar y encuentro a figuras claves en mi horizonte, mujeres fuertes, intimidantes, pasionales que ahí están y enriquecen mi caminar -y mis fantasías, para qué negarlo- y ayudan hasta cierto punto a poner cosas en pespectivas.

Les comenté que el sábado pasado fui al Be-Bop ex-Guanábanas? Lo más rico de todo fue el jazz en vivo y el roze de la rodilla de Pamela con la mía y sus miradas coquetas a pesar de que su hermano nos estuvo recriminando toda la noche nuestra intimidad. Y aún así, este favoritismo que tengo por los faloegocentristas se ve beneficiado por lo sencillos y prácticos que resultan ser en comparación a las féminas cargadas de estrógenos e intenciones no muy claras.

Demonios... el domingo me perdí the L Word por pasar contigo unos cuantos orgasmos que no llegaron, ni tú tampoco.

Hoy amanecí, definitivo, del lado lésbico de la cama. Besitos hipócritas--

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