miércoles, diciembre 20

A veces siento que no me sé ni yo misma

Diciembre, para mi, es mes de locos—y entre las toneladas de trabajo siento que odio las fiestas decembrinas pero a la vez, la venida del nuevo ciclo de días me hace ver esperanzadaramente las horas. Me encuentro sonrojada por las copas de vino Conchaytoro y los labios masculinos me hacen sonrojar más la noche del lunes en el estacionamiento semidesierto. Y entonces me doy cuenta de que traigo una buena y agotadora racha, la ideal para el cierre de un anio viajando.

El celular me dice que es hora de irme, y agradezco el rato pasado entre risas y chismorreo. La semana se ve espantosa—demasiado trabajo que hacer *y aquí afilo mis orejas de elfa* pero el premio está al final. Por lo pronto seguimos con éxito en el maratón GuadalupeReyes—todavia no suelto la estafeta. Ja.

Saludos, aquí andamos.

*repitiendome en palabras vacias, sin acentos*





No hay comentarios.: