lunes, septiembre 3


He de confesar que he estado algo ociosa estos días. Tomar una copa de algo, prender un cigarro, ver el sol esconderse tras el árbol que cobija mi ventana para terminar sonrosando a las nubes que corren arriba de mi cabeza que no termina de entender que ya está aquí. Ir al supermercado en las mañanas, conseguir lo básico –que no se me olvide comprar papel sanitario!- disfrutar pasearme en los autobuses donde sigo sin entender nada del idioma. Disfrutar esta gripa ocasional y el extrañar a mis amigos. Hacerme a la idea de que esta es mi decisión, de que soy yo la que me tiene aquí. Vuelvo a la idea: ya estoy aquí. Creo que le estuve dando tantas vueltas a ese pensamiento durante tanto tiempo que perdió su sentido. Cuando le contaba a mis viejos amigos de que me venía a estudiar al viejo continente, todos decían: ese ha sido siempre tu sueño! Y yo los veía con cierto gesto de incredulidad, olvidando que eso era lo que había anhelado tanto tiempo, en mis alucinaciones de puberta. Y me sonrío. Aquí estoy, creo que ya lista para aceptar la responsabilidad de tomar esto entre mis manos, ya no tendré a nadie en quien escudarme, a quien echarle la vara. Creo. Ja. Que miedo, no? Pero a la vez excitante. Retador, que era lo que tanto me quejaba no tener.

Queridos amigos, ya llegué.
(cabe mencionar que estoy escuchando a Amy Winehouse y todo cuadra bastante bien)

2 comentarios:

Wunderkammer dijo...

Mire nomás, se desaparece sin avisar y de pronto ya esta en el otro lado del mundo. Ya decía yo que esa ventana no estaba ubicada en juárez. Póngase la capa pa' no trastabillar ambarina, que -ya dice el poema que postee- es mejor arder que pudrirse, no?
Abrazos muchos. Y Amy Winehouse es la neta.

Arevalo dijo...

¿Y qué tal está por allá?