Dejé la maleta a medio camino, quitándome la ropa y dejándola también a mis pies. Parada en medio del cuarto terminé de aterrizar y suspiré. Diez y siete días vagabundeando, cargando mi peso, mis recuerdos, mis añoranzas, reinventandome, perdiendo unas cuantas cosas, ganando otras más. Aviones, océanos, trenes, personas. No me estresé ni cuando nos quedamos sin dónde dormir la última noche del año. Sólo sabía que no había otro momento como ese, que tu estabas tan lejos, a pesar

Y he descubierto que ya no te añoro como antes, aun cuando tu recuerdo me acompañe a todos lados. Y esto me dio un sentimiento raro para el año que comienza.
Veremos que nos depara. Por lo pronto tengo toneladas de ropa por lavar.
Saluditos. Lo mejor para este 2008!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario